Alejandro Barrón

Alejandro Barrón (Perfil Manifesto Art Magazine)

El Maestro Alejandro Barrón es un pintor nacido en la Ciudad de México en 1980 cuya formación profesional inicia en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM tomando la litografía como única especialidad. Se adentra en la pintura de manera autodidacta a partir del 2003 hasta conseguir un notable dominio de la técnica.

Barrón ha encontrado la fascinación en el tenebrismo y lo ha aplicado en su pintura utilizando contrastes de claroscuros y empleando conceptos que metaforizan la naturaleza astringente de la vida y de la experiencia humana, adentrando su pincel en lo prohibido, el erotismo, lo maligno y lo bizarro, abstrae todas estas ideas a la realidad bidimensional de su pintura. El autor sabe censurar a la censura en cada uno de sus cuadros que con valentía yacen colgados de los muros para invitarnos a entrar en mundos formados por inquietantes composiciones abyectas que nos relatan escenarios de dolor e incertidumbre.

Pocos son los que se atreven a detenerse frente a una de estas piezas para entenderlas, pocos son los que se atreven a admitir cierta conexión personal con la obra; es complicado ver retratado un reflejo tan crudo y tan genuino de nuestra propia humanidad, de manera que así como Alejandro Barrón, quien se determina a exponer esta parte de nosotros mismos ante nuestros propios ojos representa la naturaleza heróica del arte.

El trabajo del maestro Barrón ha sido expuesto en distinto recintos y galerías alrededor del mundo, reuniendo ya 10 exposiciones individuales y más de 45 colectivas en diversos espacios dentro y fuera del país como la Galería Arte Actual Mexicano de Monterrey, la Meyer Gallery de Nuevo México, el Museo del Pueblo de Guanajuato, el Polyforum Siqueiros de la CDMX, el Museo Österbottens en Finlandia, el Instituto Cervantes de Tokio en Japón, la Gallery X de Irlanda y la Galerie Museum HR Giger en Suiza. Además, actualmente la mayor parte de su obra forma parte de importantes colecciones públicas y privadas, en México y en el extranjero, como en la Universidad Autónoma Chapingo, Grupo Milenio, Colección Miguel Bañuls Ribas en España y la Colección del Palacio de Gobierno de Edomex.

Alejandro Barrón utiliza como medios la figura humana, el retrato, el erotismo y el bodegón para abordar sus diversas temáticas que siempre tienen todas entre sí el factor latente del horror que a través de un lenguaje realista de luces y sombras plasma en sus personajes las emociones y sentimientos que van de la mano con los objetos que los que interactúan formando diálogos que constituyen el plano contextual general de cada una de sus obras. Con el tiempo ha desarrollado gran facilidad pictórica para desenvolverse en el terreno natural de los objetos y la esencia degradada y sincera de cada uno de los escenarios que habitan.

Entrevista a Alejandro Barrón

¿Cuáles han sido las búsquedas más recurrentes en tu trabajo?

Desde el inicio han sido el realismo, la figura humana, principalmente el retrato, el desnudo, la imagen erótica y el bodegón.

¿Qué elementos nutren y detonan los universos que proyectas en tu obra?

La vida cotidiana, la música, el concepto del horror en cualquier manifestación, y en general las experiencias de vida que han formado mi personalidad y el imaginario que proyecto de manera recurrente en cada obra.

¿Cómo describirías en este momento la relación que tienes con tu oficio?

Mi oficio es una parte inseparable de mí. Es el reflejo de lo que soy, de lo que quiero y busco, además de nutrirme de lo emocional, también es un escaparate de mis tristezas, alegrías, placeres y demonios.

¿Ha cambiado tu percepción del arte y el papel que este juega en tu vida? ¿Cómo describirías la evolución de esta percepción a través del tiempo?

La percepción del arte siempre va cambiando no sólo en lo particular si no de manera general, son cambios que van de la mano con nuestra percepción de la realidad, con lo que aprendemos y vivimos. En mi caso ha evolucionado más hacia una necesidad de representar la realidad de lo absurdo de una manera tenebrista, a veces cruda, sarcástica, pero sin abandonar sus bellos matices y texturas que significan un mundo de posibilidades interpretativas.

¿Cómo dialoga tu obra con el tiempo?

Es atemporal. Se adapta a los cambios y conceptos, con la constante de un realismo técnico y tenebrista que nos aproxima al arte clásico pero con un marcado kitsch tan representativo en varias de las costumbres de nuestro país.

¿Consideras el presente algo importante en tu que- hacer como artista?

Sin la conciencia de un tiempo presente, sería imposible para mí amar y aprender del pasado para intentar construir un futuro en conjunción con el aquí y el ahora, para asegurar la permanencia y trascendencia de la obra.

¿Qué aspectos del arte consideras valiosos para los tiempos que vivimos?

La técnica, el oficio, la pasión y la libertad imaginativa.

¿Qué rumbo has percibido ha tomado el discurso de tu obra?

Cada vez se ha vuelto más realista técnicamente hablando, pero el discurso aunque muy personal, se enriquece de muchos conceptos del imaginario popular y eso lo mantiene vigente en todo momento.

¿Cuál es el potencial que ves en el arte, pensando hacia el futuro?

Hay un enorme interés de muchos jóvenes y no tan jóvenes en aprender las técnicas de la pintura y demás procesos de la plástica, lo cual ha llevado a que existan talleres independientes especializados para cubrir estas necesidades e inquietudes; muchos de ellos enfocados principalmente a rescatar el oficio. Esto es muy esperanzador para el arte en nuestro tiempo.

¿Qué es lo que más te impulsa a crear?

La necesidad de sentirme vivo y poder expresar y compartir cada experiencia, cada detalle, cada pensamiento. Pertenecer a mi momento histórico, y aportar un granito de arena para construir peldaños hacia el futuro.

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